29.10.06

El Espantapájaros


Dije un día a un espantapájaros: “Debes de estar cansado de permanecer inmóvil en este solitario campo”.

Y él me dijo: “La dicha de asustar es profunda y duradera, nunca me cansa”.

Tras un minuto de reflexión, le dije: “Es verdad; pues yo también he conocido esa dicha”.

Él me dijo: “Sólo quienes están rellenos de paja pueden conocerla”.

Entonces, me alejé del espantapájaros, sin saber si me había elogiado o minimizado.

Transcurrió un año, durante el cual el espantapájaros se convirtió en filósofo.

Y cuando volví a pasar junto a él, vi que dos cuervos anidaban bajo su sombrero.


Gibran Jalil Gibran

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