Había una vez una pequeña tortuguita que se la pasaba duerme que te duerme. Todo lo dejaba para después y siempre llegaba tarde a la escuela.Sus padres Don Tortugo y Doña Tortuga ya no sabían que método utilizar para hacer que su pequeña tortuguis se levantara temprano. Cada día al salir el sol la mamá la llamaba primero muy despacio para avisarle que tenía de despertar pero Tontuguita se enrrollaba mas entre sus cobijas. Su padre tenía que cojerla del caparazón y llevarla cargada al baño para que empezara a vestirse.
Siempre perdía el autobús y llegaba cuando las clases ya habían comenzado. Ni que decir que era la última en salir de la hora de almuerzo. Todo..en todo lo que participaba siempre llegaba de último y ya nadie quería participar en ningún juego con ella.
Sus amigas empezaron a hacerla a un lado y nadie la invitaba a ninguna parte porque sabían que no llegaría.
Pobre tortuguita...la estaban dejando sola.
Un día llegó al colegio un morrocoy de otro país. Hablaba muy fino y todas las tortugas estaban derretidas por él. Cada vez que Tontuguita llegaba al colegio ya estaba rodeado de muchas compañeras y ella quería acercarsele pero no lo conseguía. y no había manera de que él se fijara en ella.
El día domingo se celebraría una fiesta en honor al maestro Caparazón plateado que se jubilaba y en todos los salones se formarían parejas para competir en la carrera de salto con obstaculos y se escogería por sorteo a las parejas de cada salón.
La suerte fue tal que Morrocoy le tocó correr con Tontuguita y todos los alumnos soltaron una risa al saber el resultado: " Estamos perdidos..si tontuguita corre ya perdimos"
Pero la señorita Casco Dulce no cambió la selección y asi quedó fijada la pareja para el domingo.
Ese día los padres de Tontuguita no salían de su asombro..la niña se había levantado mucho antes de lo normal y estaba comiendo su cereal. Definitivamente su hija había amanecido enferma pensaban.
La hora llegó y las parejas se pusieron en la pista...un disparo anuncio la partida y los pequeños salieron en carrera.
Ante el asombro de maestros y bocabiertos alumnos, la pareja de Morrocoy y Tontuguita ocuparon el primer lugar en la meta.
Morrocoy levantó a su compañera en hombros mientras se dirigía a recoger el trofeo. En el podium de ganadores la maestra aún estupefacta ante semejante hazaña le pidió a Tontuguita que dijera unas palabras y ella muy seriecita se dirigió a los presentes:
-Tonta yo??? Me parece que no!!
Y riendo se fue de la mano de su nuevo galán a disfrutar del baile
¡Qué feliz eres, niño, sentado en el polvo, divirtiéndote toda la mañana con una ramita rota! Sonrío al verte jugar con este trocito de madera.
