26.10.08

La Pequeña Mandarina


Había una vez, en la vieja China de los mandarines, un gran señor rico y poderoso. ¡Era el Mandarin! Vivía en lo alto de una montaña en su palacio de bambú y desde allí veía todas sus tierras.

El Mandarín era grande y gordo, igual que su corazón: en él cabían todos los seres. Su esposa la mandarina era muy diferente: pequeña y hermosa, pero en su corazón sólo había sitio para ella.

El Mandarin quería mucho a su esposa y no veía lo pequeño que era su corazón, deslumbrado por su hermosa cara. Todas las tardes, paseaban por el huerto que rodeaba el palacio, lleno de naranjos, y cogían las naranjas más bonitas para merendar.

Una mañana, estaba la bella Mandarina paseando sola entre los árboles, cuando vio, junto a una tapia, a un mendigo que la miraba. (Pero no era un mendigo: era un mago disfrazado, que había oído hablar de la Mandarina y quería comprobar si era verdad lo que se decía).

Sin acercarse mucho, ella le dijo:

-¡Vete de mi jardín, o llamaré al Mandarin para que te eche!

-Bella Mandarina, tengo sed. Dame una de tus naranjas, por favor- le suplico el mendigo.

-¡Ni hablar! Mis naranjas son muy hermosas y tú sólo eres un viejo feo y sucio- contestó la Mandarina.

El mendigo le insistió: - Tu tienes muchas y sólo te pido una, aunque sea la más pequeña. Pero la Mandarina se negó y empezó a llamar a gritos al Mandarín.

Entonces, el mendigo se transformó en mago y, con su varita mágica sen la mano, le dijo:

- Para que aprendas a ser generosa, te convertiré en árbol y darás sabrosos frutos a cuantos pasen por el camino. Tu corazón se hará más grande y todos te querrán. Y la convirtió en un árbol pequeño lleno de naranjitas.

Cuando llegó el Mandarín, no encontraba a su esposa, la Bella Mandarina. Y pasó horas buscándola entre los árboles. Al caer la tarde, cansado y triste, encontró el nuevo árbol y pensó: “¿Qué hace este arbolito entre mis naranjos? ¿Y por qué sus naranjas son tan pequeñitas?

Cogió una fruta, la probó y su sabor dulce le recordó a su esposa. Desde entonces, cada tarde, paseaba hasta el arbolito, siempre cargado de frutas, y merendaba una de ellas, a las que llamó mandarinas en honor a su esposa, la bella Mandarina.

¡Y, aunque no os lo creáis, esto no es un cuento chino!

12.10.08

Había una vez..

Había una vez una pareja que hacia tiempo deseaba tener un bebé. Un día, la mujer sintió, que su deseo ¡por fin! se iba a realizar. Su casa tenía una pequeña ventana en la parte de atrás, desde donde se podía ver un jardín lleno de flores hermosas y de toda clase de plantas.
Estaba rodeado por una muralla alta y nadie se atrevía a entrar porque allí vivía una bruja.
Un día, mirando hacia el jardín. La mujer se fijó en un árbol cargadito de espléndidas manzanas que se veían tan frescas que ansiaba comerlas. Su deseo crecía día a día y como pensaba que nunca podría comerlas, comenzó a debilitarse, a perder peso y se puso enferma.
Su marido, preocupado, decidió realizar los deseos de la mujer. En la oscuridad de la noche el hombre cruzó la muralla y entró en el jardín de la bruja. Rápidamente cogió algunas de aquellas manzanas tan rojas y corrió a entregárselas a su esposa. inmediatamente la mujer empezó a comerlas y a ponerse buena. Pero su deseo aumentó, y para mantenerla, su marido decidió volver al huerto para recoger mas manzanas. Pero cuando saltó la pared, se encontró cara a cara con la bruja."¿Eres tu el ladrón de mis manzanas?" dijo la bruja furiosa. Tenblando de miedo, el hombre explicó a la bruja que tubo que hacerlo para salvar la vida a su esposa.
Entonces la bruja dijo, "Si es verdad lo que me has dicho, permitiré que recojas cuantas manzanas quieras, pero a cambio me tienes que dar el hijo que tu esposa va a tener. Yo seré su madre."El hombre estaba tan aterrorizado que acepto. Cuando su esposa dio a luz una pequeña niña la bruja vino a su casa y la llevó. Era hermosa y se llamaba Rapunzel. Cuando cumplió doce años la bruja la encerró en una torre en medio de un cerrado bosque. La torre no tenia escaleras ni puertas, sólo una pequeña ventana en lo alto. Cada vez que la bruja quería subir a lo alto de
la torre, se paraba bajo la ventana y gritaba: !Rapunzel Rapunzel lanza, tu trenza1 Rapunzel tenía un abundante cabello largo, dorado, como el sol. Siempre que escuchaba el llamado de la bruja se soltaba el cabello, lo ataba en trenzas y lo dejaba caer al piso. Entonces la bruja trepaba por la trenza y se subía hasta la ventana..
Un día un príncipe, que cabalgaba por el bosque, pasó por la torre y escuchó una canción tan gloriosa que se acercó acercó para escuchar. Quien cantaba era Rapunzel. Atraido por tan melodiosa voz, el príncipe buscó entrar en la torre pero todo fue en vano. Sin embargo, la canción le había llegado tan profundo al corazón, que lo hizo regresar al bosque todos los días para escucharla. Uno de esos día, vio a la bruja acercase a los pies de la torre. El príncipe se escondió detrás de árbol para observar y la escuchó decir: "!Rapunzel¡ !Rapunzel¡ lanza tu trenza¡"Rapunzel dejó caer su larga trenza y la bruja trepó hasta la ventana. Así, el príncipe supo como podría subir a la torre.
Al día siguiente al oscurecer. fue a la torre y llamó: "¡Rapunzel1, ¡Rapunzel!, "¡lanza tu trenza¡" El cabello de Rapunzel cayó de inmediato y el príncipe le dijo gentilmente que la había escuchado cantar y que su dulce melodía le había robado el corazón. Entonces Rapuzel olvidó su temor. El príncipe le preguntó si le gustaría ser su esposa a lo cual accedió de inmediato y sin pensarlo mucho porque estaba enamorada del príncipe y porque estaba deseosa de salir del dominio de esa mala bruja que la tenia presa en aquel tenebroso castillo.

El pri
ncipio la venia a visitar todas las noches y la bruja, que venia sólo durante el día. Hasta que un día, cuando la bruja bajaba por la trenza oyó a Rapunzel decir que ella pesaba mas que el príncipe. La bruja reaccionó gritando: "Así que ¿has estado engañándome?" Furiosa, la bruja decidió gritando: "Así que ¿has estado engañándome?" Furiosa, la bruja decidió cortar todo el cabello de Rapunzel, abandonádola en un lugar lejano para que vivieran en soledad.
Al volver a la torre, la bruja se escondió detrás de un árbol hasta que vio llegar al príncipe y llamar a Rapunzel. Entonces enfurecida, la bruja salió del escondite y dijo:"Has perdido a Rapunzel para siempre. Jamás volverás a verla" .Por lo que el príncipe se quedó desolado. Además, la bruja
le aplicó un hechizo dejando ciego al príncipe. Incapacitado de volver a su castillo, el príncipe acabó viviendo durante muchos años en el bosque hasta que un día por casualidad llegó al solitario lugar donde vivía Rapuzel. Al escuchar la melodiosa voz, se dirigió hacia ella. Cuando estaba cerca, Rapunzel lo reconoció. Al verlo se volvió loca de alegría, pero se puso triste cuando se dio cuenta de su cegera. Lo abrazó tiernamente y lloró. Sus lágrimas cayeron sobre los ojos del príncipe ciego y de inmediato los ojos de él se llenaron de luz y pudo volver a ver como antes. Entonces, felices por estar en reunido con su amor, los dos se casaron y vivieron muy felices.